La diferencia de este ejercicio con el anterior, radica en los tonos que le podemos dar a la estampa, no como antes, que solamente se pedían dos tonos, uno blanco y otro negro. En este, se pedían cuatro tonos, blanco negro y dos grises, uno más claro y otro más oscuro.
La peculiaridad, es que el papel que usamos es el papel arakaji, un papel hecho a mano y de un gramaje muy bajo, por lo que el papel es translucido. con este papel, podemos ver un poco la matriz, e incidir más con la cuchara, dando presión, en aquellas zonas según se quiera. Yo por ejemplo, quería que la ciudad y el primer plano fuesen negros, las montañas de detrás, gris oscuro y el cielo y las nubes de gris claro, dejando el blanco para los contornos o zonas más abiertas.
Para cortar el papel, hace falta doblarlo cuidadosamente por donde se quiere, y con un pincel pequeño, mojar la arista de la doblez, para reblandecer, y después marcar con una regla el recorrido y tirar del papel hacia el borde de la regla, para dejar las llamadas barbas. Este papel no necesita mojado, ya que es demasiado fino.
Finalmente, colocamos el papel sobre la matriz, entintada previamente con tinta negra y colocada sobre el registro y con la cuchara u otro objeto, ir haciendo más o menos presión en unas zonas u otras dependiendo de los tonos que se quieran conseguir.
Yo lo tuve que repetir una vez, debido a que levanté el papel antes de tiempo, y la estampa quedó con muchas calvas de color gris claro u oscuro, donde debía ser negro.
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